Como en la masacre de las bananeras 90 años después: orden de matar a todo el que estorbe
Nuestra comunidad de Paz de San José de Apartadó
nuevamente deja constancia ante el país y el mundo de las últimas agresiones
perpetradas por este Estado-paramilitar, al que no le importa pasar por encima
de la población más vulnerable como lo es el campesinado en Colombia.
Ya hemos tenido que soportar en estos 20 años innumerables
muertes, desapariciones, torturas, desplazamientos, saqueos, montajes
judiciales, robos, destrucciones, violaciones, vejaciones de todo tipo, humillaciones,
persecuciones, mentiras, calumnias, estigmatizaciones y muchísimas más afrentas
por parte de paramilitares que han actuado conjuntamente con la fuerza pública
del Estado y con el aval y tolerancia de todas las demás instituciones. La
colaboración de éstas últimas ha sido invariablemente permanecer ciegas,
sordas, inactivas, indolentes y sumidas
en el cinismo y la hipocresía más aterradoras, haciéndose las que nada tienen
que ver en los crímenes. Eso es lo único que explica el que los paramilitares hoy
manejen la zona a su antojo y conviertan en un infierno la vida del campesino.
¿Hasta cuándo tendremos que vivir en medio este infierno
que nos regala el Estado? Es evidente que al gobierno no le interesan nuestras
vidas ni las de los demás pobladores que hoy sufren en Colombia esta estrategia
criminal del paramilitarismo.
Los últimos hechos que dejamos a juicio del mundo son los
siguientes:
·
El
lunes 20 de noviembre del 2017
se comprobó una fuerte presencia de tropas paramilitares en las veredas La
Resbalosa, Mulatos, La Esperanza y La Hoz, del corregimiento de San José de
Apartadó. Los integrantes de esas tropas manifestaron que van a hacer
inversiones en la zona y que la única comunidad que está estorbando ese camino
es la Comunidad de Paz, pero que ya tienen cómo vencer ese estorbo, pues ya “tienen órdenes de matar a los miembros de
esa h. p. comunidad si se interponen en el camino”. Afirman además que
están comprando tierras allí porque van a abrir potreros desde La Hoz hacia
Mulatos por ambos lados del río, para
incrementar la ganadería por encima del que sea. Aquí queda patente la
característica más propia de este Estado, para el cual los planes rurales jamás
deben estar al servicio de las poblaciones mayoritarias del país ni de las
necesidades alimentarias de éstas sino al servicio de las élites que se han apropiado
del Estado para ponerlo a su servicio y de las empresas multinacionales a las
que dichas élites les sirven. Y para llevar adelante esos planes se sirven de
estos grupos de asesinos paramilitares que siempre han gritado que el que se
oponga a los planes a los que ellos sirven será asesinado. Así han llenado nuestra
tierra de ríos de sangre. Queda nuevamente al descubierto el carácter ilegítimo
y criminal de este Estado. Como en el caso de la Masacre de las Bananeras, el
Presidente y sus mandos militares no dudaron en asesinar a mil trabajadores
para satisfacer los afanes lucrativos de los empresarios estadounidenses; así,
ahora, a través de sus paramilitares asesinos, el presidente y sus mandos militares,
aupados por su empresariado asociado, no dudan en matar al que se oponga a la
ganadería extensiva acariciada por los empresarios criminalmente adueñados del
Estado.
·
El
Lunes 27 de Noviembre del 2017
en horas de la mañana hizo presencia un grupo de paramilitares fuertemente
armados en la vereda La Cristalina, del corregimiento de San José de Apartadó.
En este lugar permanecieron por varias horas, después se retiraron.
·
El
jueves 30 de noviembre del 2017,
en horas de la mañana, un grupo de paramilitares que han estado patrullando en
las veredas Mulatos y La Resbalosa, de San José de Apartadó, manifestaron que a
toda costa tienen que sacar y asesinar a GILDARDO TUBERQUIA y a ESTEBAN GUISAO,
miembros de nuestra Comunidad de Paz, el primero integrante del Consejo Interno
de la Comunidad y Coordinador de la Aldea de Paz Luis Eduardo Guerra, en la
vereda Mulatos Medio, y el segundo coordinador administrativo de nuestro
asentamiento en la vereda La Esperanza. Le han manifestado repetidas veces a
algunos pobladores de la zona que van a asesinar a estos miembros de nuestra
Comunidad de Paz pues son un estorbo
para el proyecto económico que el paramilitarismo pretende imponer en la
región. Esto evidencia una vez más que existe un proyecto criminal para
exterminar nuestra Comunidad de Paz, como lo han repetido incansablemente ya
por muchos años. Los mismos paramilitares están manifestando a muchos pobladores
en las veredas, que ahora que ya tienen el control, van a matar a todo aquel que no se someta a
sus órdenes y que para eso cuentan con todo el apoyo de la fuerza pública de
Urabá.
De nuevo hacemos responsable al
Gobierno colombiano y a sus instituciones militares en Urabá por lo que llegue
a pasarles a GILDARDO TUBERQUIA y a ESTEBAN GUISAO y a los demás miembros de nuestra comunidad o
a cualquier otro poblador de la zona.
·
El
mismo jueves 30 de noviembre de 2017
nuestra Comunidad de Paz fue informada del asesinato de un joven que fue
retenido cuando se desplazaba desde la vereda Naín hacia la vereda La Resbalosa,
de San José de Apartadó, siendo llevado primero a Valencia, Córdoba, por los
paramilitares que allí controlan la población civil. Dicho joven era
comerciante de caballos en las veredas de San José de Apartadó. Aún no se tiene
una información completa de los hechos.
·
El
martes 05 de Diciembre de 2017
a las 17:40 horas llegó un grupo de paramilitares a la vereda La Resbalosa, del
corregimiento de San José de Apartadó; allí entraron a la propiedad privada de ARÓN
DAVID, miembro de nuestra Comunidad de Paz quien vive en dicha vereda e inmediatamente
comenzaron a amenazarlo de muerte, pues según los paramilitares él estaba
informando sobre su presencia en la zona y eso les estaba causando problemas
para estar en la vereda, lo que no iban a permitir. Después de un largo rato en
que permaneció privado de su libertad, le advirtieron con amenazas que no le
fuera a informar a esa h. p. comunidad; que
hiciera de cuenta que no había visto nada, si no quería que lo mataran.
Finalmente fue dejado en libertad.
·
El
martes 06 de Diciembre del 2017
, en horas de la mañana, un reconocido paramilitar proveniente del municipio de
Apartadó y quien al parecer está encargado de reunir a todos “puntos de información” (espías) que
tienen los paramilitares en la zona, fue visto haciendo dichas reuniones a
escondidas por ríos, quebradas y montes en las veredas de San José de Apartadó.
Nuestra Comunidad de Paz es consciente de que cada día somos más estigmatizados
y amenazados por toda esta estrategia paramilitar, pues cada minuto que pasa
nuestra región es más controlada por estos grupos paramilitares criminales
quienes cuentan con la aquiescencia, complicidad, protección y amparo de la brigada
XXVII del ejército. A dicha Brigada el Gobierno la mantiene sólo para que “se
haga la de la vista gorda” frente a los innumerables crímenes que perpetran los
paramilitares; para que niegue que existen grupos paramilitares; para que en
complicidad con el aparato judicial evite la judicialización de los paramilitares, sus cómplices y sus protectores; para que
realice ficciones de control de grupos armados; para que amenace a los que
denuncian y haga recaer la responsabilidad de todos los crímenes en quienes no
denuncian porque no creen ni confían en tamaña podredumbre de Estado; para que
esconda a los criminales; para que difunda por los medios masivos informaciones
falsas, ya sea estigmatizando a quienes denuncian o ya encubriendo a quienes
delinquen.
·
El
Viernes 08 de Diciembre de 2017
en horas de la mañana hizo presencia un grupo de paramilitares fuertemente
armados en la vereda La Cristalina, del corregimiento de San José de Apartadó.
Allí permanecieron por varias horas y después se fueron hacia el caserío de san
José.
·
El
lunes 11 de Diciembre de 2017
fue visto un grupo de paramilitares acantonados en la propiedad privada de un
poblador de la vereda La Cristalina, del corregimiento de San José de Apartadó.
Allí permanecen aún, cuando se difunde esta constancia, sin ser molestados por
ninguna autoridad.
Ya son demasiados los anuncios del paramilitarismo de
querer acabar con nuestro proceso de vida comunitaria que hemos construido por
más de 20 años. Somos conscientes de los
riesgos que tomamos al dejar constancia de que hay un gobierno que protege el
paramilitarismo y que a la vez los utilizan para que hagan sus trabajos sucios
y de control sobre la población civil y sus tierras.
Hoy el campesinado se encuentra sin salida de un yugo
paramilitar que cada vez desangra nuestra región con su presencia y
sometimiento, pues han manifestado que tienen luz verde para matar a quien no
se someta a sus proyectos en la zona y que para eso ya tienen en cada vereda un
“punto” o informante que está pendiente para controlar y asesinar a todo el que
estorbe sus caminos. Nuestro grito de auxilio hoy lo alzamos al mundo pues
nunca pararemos de clamar por nuestra vida y la de los demás pobladores de
nuestra región.
Agradecemos desde el fondo de nuestro corazón a todas aquellas
personas y organizaciones del mundo que han creído en nuestras suplicas de
auxilio y han respondido censurando la criminalidad de este Estado asesino. Les
pedimos desde nuestro territorio que tanto queremos ver en paz, que no dejen de
presionar con sus mensajes a este Gobierno cínico y sin alma, al que nunca le
ha importado la vida de la población civil y que sólo mira por sus intereses.
Comunidad de Paz de San José de
Apartadó
Diciembre 13 del 2017