Población Civil bajo múltiples manipulaciones
Nuevamente
nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó acude ante el país y el mundo
para dejar constancia de los últimos hechos que la afectan profundamente.
Como en
todos estos 23 años de resistencia civil, nuestra Comuidad de Paz sigue
expresando sus preocupaciones sobre la continuidad de la violencia en el
territorio de su entorno y dejando constancias sobre las agresiones que atentan
contra sus derechos y su dignidad. Es un hecho que el paramilitarismo sigue
presente y con dominio progresivo de la región, gracias a la tolerancia y
complicidad de las instituciones. Ahora los paramilitares han implantado un
plan de reclutamiento, tanto de personas adultas como de menores de edad, en el
corregimiento de San
José y sus veredas. Los reclutados están siendo llevados a los municipios de
Chigorodó, Mutatá (corregimiento La Fortuna) y otros lugares del Urabá
Antioqueño y del Chocó, para recibir entrenamiento militar, según lo relatan
los pobladores.
Lo más
preocupante es la inutilidad de la presencia del ejército y de la policía en
san José de Apartadó. Desde 2005 están allí, en una gran base militar y un
costoso búnker policial, violando el Derecho Humanitario y las sentencias de la
Corte Constitucional que prohíben que se ubiquen en medio de la población civil
y a escasos metros de los colegios. Además están conviviendo con los paramilitares y
permiten que estos realicen trabajos de reclutamiento, cobros de impuestos
ilegales y permanentes amenazas contra nuestra Comunidad de Paz. Ya en las
últimas semanas se ha sabido que los reconocidos paramilitares alias “RENÉ” y alias “El BURRO” se la pasan en
San José acompañados de hombres armados que les prestan seguridad para que
ellos puedan realizar los trabajos de reclutamiento y de extorsión, la mayoría
de la veces en medio de la presencia militar y policial.
Los
hechos de los cuales dejamos constancia son los siguientes:
- El domingo 19 de
enero de 2020, en horas del día, según pobladores de San José,
el paramilitar conocido en la zona como “RENÉ”, quien ha asumido la
comandancia de dicho grupo armado ilegal en el corregimiento de San José y
sus veredas, llegó hasta un establecimiento público junto al paraje El
Puente del centro urbano de San José de Apartadó, con varios hombres armados
con armas cortas, lugar en el cual hay presencia permanente de fuerza pública.
Al parecer “RENÉ” esta allí coordinando la extorsión a los comerciantes.
- El sábado 25 de enero
de 2020, en horas del día, se conocieron fuertes amenazas
de muerte por parte de los paramilitares que hacen presencia en las
veredas Mulatos, La Resbalosa, La Hoz y Rodoxali, de San José de Apartadó,
contra Hugo Molina, miembro de nuestra Comunidad de Paz. Según los
paramilitares, lo amenazan por no ceder en la entrega de títulos de
propiedad de una finca que fue expropiada por los mismos paramilitares a
la familia Molina, la cual residen en la zona de Rodoxalí, donde se
encuentra la dicha propiedad.
- En la semana del 20
al 26 de enero 2020, un paramilitar
conocido como “EL BURRO”, al parecer comandante encargado del
reclutamiento forzado de jóvenes menores de edad en la zona de San José de
Apartadó, para luego llevárselos a Chigorodó y al Chocó a entrenamiento
militar, con el fin de escoltar y proteger a comandantes que antes fueron
integrantes de las FARC-EP y ahora se desempeñan como comandantes
paramilitares, conocidos como alias “LEÓN” o “LA FIERA” y alias “SOPA”. Otros
comandantes paramilitares, también ex integrantes de las FARC-EP, presentes
en la zona y conocidos como alias “EL BURRO” y alias “RENÉ”, habían enviado a alias “RAMIRO”,
paramilitar instalado en la vereda la Unión de san José, y a otros jóvenes,
al parecer reclutados en otras zonas, para escoltar a sus mandos, y según
informaciones del mismo “Ramiro”, ya
varios de ellos han sido asesinados. Alias “EL BURRO” estuvo durante toda
esa semana y semanas anteriores transitando en motocicleta desde Apartadó hasta
el corregimiento de San José, y al mismo tiempo espiando nuestra Comunidad
de Paz durante sus pasos por los alrededores de nuestro asentamiento
central.
- El lunes 27 de enero
de 2020 nuestra Comunidad de Paz fue informada de un nuevo plan de invasión
a nuestra finca La Roncona, propiedad que nuestra Comunidad de Paz posee
pacíficamente desde hace 22 años, para lo cual tiene evidentes derechos de
posesión y que ahora se encuentra bajo un litigio jurídico interpuesto por
la familia Jaramillo, la cual había enajenado ese predio hace muchos años.
Según las informaciones recibidas, la invasión la está impulsando el mismo
nuevo Alcalde de Apartadó, Felipe Cañizalez, quien está invitando a los
actuales invasores de una finca de la Alcaldía de Apartadó, comprada por
dicha Alcaldía en el casco urbano de San José en el período más intenso del
conflicto armado, para que invadan más bien el predio de nuestra Comunidad
de Paz, para lo cual, se dice, ha concertado ya con la familia Jaramillo,
familia que había vendido ese predio hace más de 20 años. Todo muestra que
el Alcalde quiere evadir sus responsabilidades de buscar terrenos para
familias que no poseen tierra y recurrir a la perversa estrategia de
invadir predios poseídos legalmente por nuestra Comunidad de Paz hace más
de 22 años.
- Este mismo lunes 27
de enero de 2020, el señor Elkin Ortiz, poblador que vive en San José, en la finca
de la Alcaldia de Apartadó, volvió a incursionar en nuestra finca La
Roncona para dañar cercas y cultivos, como lo había hecho en otras
ocasiones impulsado por los mismos paramilitares y ha manifestado que ahora
se tomará el lugar, lo que hace sospechar que se encuentra integrado al
supuesto plan que tiene la Alcaldia de Apartadó, en cabeza del Alcalde Felipe
Cañizalez, de invadir nuestro predio para ubicar allí a los inavasores de dicha
finca de la Alcaldía.
- El martes 28 de enero
del 2020, en horas de la mañana, nuestra Comunidad de Paz
fue informada de un supuesto plan que tendría la Junta de Acción Comunal
de la vereda la Unión de destruir el monumento que nuestra Comunidad de Paz
construyó en memoria de los 6 miembros de nuestra Comunidad asesinados el
8 de julio del 2000 por militares de la Brigada XVII en conjunto con paramilitares.
Dicho monumento fue construido en el mismo sitio del holocausto, convertido
desde entonces en lugar sagrado de la memoria ensangrentada de nuestra
Comunidad y en acuerdo con los familiares de las víctimas masacradas allí. No entendemos por qué la Junta
de Acción Comunal se ensaña ahora contra nuestra memoria sagrada. Se dice
que la Junta Comunal, en lugar de salvaguardar la memoria de las víctimas,
quiere acoger la oferta de la Alcaldía de Apartadó que al parecer ha
ofrecido construir allí una placa polideportiva, con el propósito, difícil
de ocultar, de borrar la memoria de nuestras víctimas. Según se nos
informó, la Junta está buscando la asesoría de la Policía y de la
Defensoría del Pueblo en el proceso de destrucción del monumento.
- El miércoles 29 de
enero de 2020, a las 5: 50 horas de la tarde, un grupo de 5 militares uniformados y
con armas largas, de la base militar de San José de Apartadó,
incursionaron en las entradas de nuestro asentamiento de San Josesito de
Apartadó, trayendo con ellos a una persona mayor, de nombre Jaime Montoya, quien supuestamente venía
por un dinero que había solicitado y que en días anteriores había estado
pidiendo, alegando que nuestra Comunidad tenía mucho dinero. Todo muestra
que los paramilitares lo indujeron a ello encontrando así un pretexto para
incursionar en nuestro predio junto con la fuerza pública y que los mismos
militares se valieron de una persona mayor para penetrar en nuestros
predios privados en búsqueda de informaciones y ubicación de las viviendas
de las familias de nuestra Comunidad de Paz.
- El domingo 2 de febrero de 2020, A las 18:00 horas, de nuevo el señor Elkin
Ortiz ingresó a nuestra propiedad privada de la finca La Roncona, esta vez
en compañía de un ex combatiente de las FARC-EP, quien tambien vive en el
casco urbano de San José, al parecer impulsados por los paramiliatares,
causando más destrozos en cercas y cultivos.
- El lunes 3 de febrero
de 2020, en horas del día, la Junta de Acción Comunal de
la vereda Mulatos Medio envió a dos arrieros con ocho mulas que llevaron
cargas de arena y las depositaron en nuestro asentamiento Aldea de Paz Luis
Eduardo Guerra, desconociendo la posesión que nuestra Comunidad de Paz ha
mantenido legalmente por 15 años en ese sitio sagrado, donde fue masacrado
nuestro líder histórico Luis Eduardo Guerra y su familia en 2005. El hecho
de descargar allí esa arena está revelando que existe un plan de invasión
violenta de nuestro predio, dirigido por fuerzas que van más allá de una
junta comunal, pero que curiosamente coincide con otros planes de
MEMORICIDIO, como el que se está destapando en la vereda La Unión, como
plan perverso de borrar la memoria de las víctimas, para lo cual
instituciones oficiales están asesorando a grupos de población civil en
esos planes inconfesables..
- El martes 4 de
febrero de 2020, en horas del día, de nuevo la Junta de Acción
Comunal de la vereda Mulatos Medio, volvió a descargar viajes de arena en
nuestro asentamiento Aldea de Paz Luis Eduardo Guerra, completando ya 19
cargas depositadas en un predio que no les pertenece.
Es claro
que los paramilitares están utilizando a
la población civil para agredir a nuestra Comunidad de Paz, ya sea para dañar
nuestras cercas y cultivos, como en el caso de nuestro predio La Roncona, ya para penetrar en nuestros predios y buscar
informaciones, como en el caso de la manipulación del Sr. Montoya por militares
y paramilitares, ya para invitar a invadirnos, como lo está haciendo el Alcalde
de Apartadó, ya para planear la destrucción de nuestros espacios sagrados y
borrar la memoria de nuestras víctimas, como en los casos de las juntas
comunales de La Unión y de Mulatos Medio. El paramilitarismo tiene todo
el control sin ser molestados por nadie así lo han manifestado los mismos
paramilitares, se la pasan organizando planes para amenazar a integrantes de nuestra
Comunidad y para controlar y extorsionar a todo nuestro entorno campesino con
impuestos ilegales y todo tipo de amenazas y extorsiones. Ya no saben cómo más
agredirnos. Lastimosamente la fuerza pública se está prestando para todo eso o
al menos para tolerar todos esos planes mediante las políticas de “oídos
sordos” y “brazos caídos” y todas las demás formas de complicidad activa y
pasiva.
El
próximo 21 de febrero será la conmemoración de los 15 años de la masacre de
Mulatos y La Resbalosa, hechos que aún siguen en la impunidad, pues los
culpables siguen siendo exonerados de manera escandalosa. En efecto, el 30 de
diciembre de 2019, la Magistrada CLAUDIA ROCÍO SALDAÑA, de la Sala de
Definición de Situaciones Jurídicas de la JEP, emitió la Resolución 008169, en
la cual suspende órdenes de captura y deja en libertad a 3 de los victimarios
ya condenados por la Corte Suprema en Casación, y les otorga el privilegio de
acogerse a los procedimientos de la Jurisdicción Especial para la Paz –JEP- a
los 10 militares que ya habían sido condenados por la horrenda masacre, pasando
por encima de la misma Ley Estatutaria de la JEP, pues dichos victimarios no
habían cumplido el requisito más elemental de comprometerse con la JEP a
revelar la verdad sobre el horrendo crimen. La JEP asume así una política de
impunidad abierta y desafiante, no solo por violación de su mismo Estatuto legal
sino por vincular al procedimiento de justicia transicional privilegiada a
quienes perpetraron crímenes de barbarie sin ninguna relación con el conflicto
armado, pues sólo con argumentos muy absurdos o con manipulaciones en exceso
perversas, podrían alegar que miembros de nuestra Comunidad de Paz, conformada
precisamente para no participar en el conflicto armado ni colaborar con ninguno
de sus actores, y sus mismos niños inocentes, participaban en alguna fuerza
beligerante. Por encima, pues, del derecho, aun en sus versiones más
arbitrarias, y en contra de toda racionalidad, la JEP se sitúa en contravía de
toda justicia y de toda ética. Nuestra comunidad de paz siempre estará al lado
de una verdadera justicia que brinde un verdadero alivio moral a quienes hemos
sufrido en carne propia el flagelo de la guerra y del terrorismo de Estado y no
una justicia que encubra a los autores intelectuales de la barbarie y premie a
los responsables del horror y además les brinde mecanismos que los exonere de toda culpa.
Sólo nos
queda agradecer nuevamente de corazón a todas aquellas personas y organizaciones
que han creído en nuestra resistencia, y nos han acompañado físicamente, moralmente y políticamente, desde el país y el mundo.
Hoy los invitamos a no desfallecer porque su apoyo desde la distancia nos
fortalece y nos llena de valor para seguir adelante.
Comunidad
de Paz de San José de Apartadó
5 de
febrero de 2020