MIENTRAS PADECEMOS EL HORROR, CULTIVAMOS VIDA
Una
vez más, nuestra Comunidad de Paz se ve en la obligación ética y moral de dejar
constancia ante el país y el mundo, para que algún día se juzguen los
atropellos perpetrados por los paramilitares, brazo criminal del Estado, que
afectan a nuestra Comunidad y a la población civil de nuestro entorno
geográfico y social. En esta ocasión dejamos constancia de estos hechos:
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El
martes 2 de febrero de 2021, nuestra
Comunidad de Paz, tuvo conocimiento de un intento de abuso sexual, hace algunos
días, contra dos niñas que oscilan entre 11 y 13 años, por parte del reconocido
paramilitar que tiene el alias de “Samuel” en la vereda La Unión del corregimiento
de San José de Apartadó. A estas menores el paramilitar les ofreció sumas de
dinero para someterlas. De igual forma vienen incentivando a otras menores con
el propósito de abusar sexualmente de ellas.
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A
principios del mes de febrero de 2021,
nuestra Comunidad de Paz, tuvo conocimiento de las amenazas de muerte, por
parte de los paramilitares, contra un joven que vive en la zona, quien, además,
había sido el encargado, por parte de los paramilitares, de la venta y
comercialización de drogas en el centro poblado de San José. Las autoridades de
Policía y del Ejército, al parecer en coordinación con el paramilitarismo, han
venido utilizando a la población civil, específicamente a los jóvenes, para
involucrarlos en este juego sucio y perverso y luego justificar sus muertes o sus
desplazamientos de la región. Afortunadamente la familia de este joven gestionó
oportunamente su protección y su traslado a otro sitio fuera de la zona,
logrando así salvar su vida.
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El
sábado 6 de febrero de 2021,
nuestra Comunidad de Paz, tuvo conocimiento, a través de un poblador de la zona,
que, “el anterior comandante de la Estación de
Policía de San José, tenía una relación muy cercana con los paracos en el tema
de drogas”. Y que “el nuevo
comandante llegó, entró y siguió el hilo, la misma línea exactamente igual al
anterior, pareciera que todo está ya cuadrado”. También afirmó: “ya en las noches, cuando esta oscurito, uno ve a los policías que
bajan de civil a las ollas (expendios de drogas) a comprar droga y vuelven a
subir al comando”. Afirmó además
que “la policía no se mete en ningún
problema, todo se lo han dejado a los paramilitares para que controlen todo el
orden público, y esto no se lo puede uno decir a nadie, toca quedarse uno
calladito, porque si se lo dice a alguien y ese alguien a la policía o a los
paracos, se mete uno en problemas”.
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Este
mismo sábado 6 de febrero de 2021,
una vez más un poblador de la zona se
acercó a nuestra Comunidad de Paz, para afirmarnos que, en el casco urbano de
San José de Apartadó, se viene presentando una situación muy grave y lamentable
y es permitir que los niños menores de 10 años compren drogas (alucinógenas) en
horas de la noche para consumir, sin que nadie haga absolutamente nada para
evitarlo, pese a que en San José de Apartadó existe una base militar y un
bunker de la Policía Nacional.
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El
martes 9 de febrero de 2021, en
horas de la tarde, en las veredas La Unión, Buenos Aires y El Cuchillo, del
corregimiento de San José de Apartadó, paramilitares que residen en dichas
veredas convocaron para el día siguiente, miércoles 10 de febrero de 2021, a una
reunión en el paraje las Claras, del mismo corregimiento, con la advertencia de
que quien no participe, asume las consecuencias.
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El
miércoles 10 de febrero de 2021,
en el paraje Las Claras, desde muy temprano hicieron presencia paramilitares, portando
armas cortas y en trajes de civil. Hacia las 13:00 horas, en la escuela ubicada
en dicho paraje de las Claras, que además está ubicado a pocos minutos del
casco urbano de San José, donde está instalada una base militar y un bunker de
la Policía Nacional, se llevó a cabo una reunión presidida por los
paramilitares al mando de alias “Cristian”,
ex militante de las FARC-EP por más de 20 años, según el propio alias Cristian.
En dicha reunión, los paramilitares impusieron órdenes y reglas totalmente en
contravía del proceder y costumbres del campesinado de la región, en lo que
tiene que ver con la producción agrícola y comportamiento social, limitando a
la población campesina el derecho que tienen sobre sus propiedades o tierras
que han cultivado desde hace muchos años por sus abuelos y ancestros. De igual
forma la imposición de “vacunas” (impuestos ilegales y extorsivos) para el
corte y venta de madera; la prohibición total de cacería y pesca en la zona sin
la autorización directa de ellos(los paramilitares). Allí también se manifestaron
enérgicamente contra las denuncias que nuestra Comunidad de Paz viene
realizando públicamente. Alias Cristian afirmó que tienen gente por todos
lados, y que tienen a toda la población civil vigilada; o se someten a las
normas, dijo, o se tienen que ir de la zona. La advertencia para los jóvenes y
adolescentes es que todo niño mayor de 12 años debe participar en la junta, o
pena de multa, o no puede estar en la vereda, afirmando, además, que no van a
permitir que la guerrilla se tome el territorio nuevamente, que lo van a
disputar a sangre y fuego y que quien tenga que morir pues que muera, ya que
esta región representa grandes intereses económicos. Frente a estas amenazas,
la población civil está muy asustada y hay mucha preocupación por las
advertencias y amenazas que los paramilitares vienen haciendo.
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El
jueves 11 de febrero de 2021,
en la vereda Bellavista, perteneciente también al corregimiento de San José, se
realizó una reunión con la población civil campesina, por parte de los
paramilitares que actúan libremente por estas regiones; los temas abordados
fueron los mismos que se trataron en el paraje de Las Claras el día anterior, miércoles 10 de febrero de 2021.
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Entre
los días 16 al 20 de febrero de 2021,
los paramilitares han circulado por las redes sociales en el corregimiento de
San José, lanzando sus amenazas de muerte y exhibiendo una lista de personas
para asesinar.
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Se
ha tenido conocimiento de que, en las otras veredas del corregimiento de San
José, se realizaron reuniones de imposición del orden económico y social anunciado
en días anteriores por los paramilitares, quienes actúan libre y abiertamente a
lo largo del territorio del corregimiento de San José de Apartadó.
-
El
viernes 26 de febrero de 2021,
en la vereda El Porvenir, del corregimiento de San José de Apartadó, se notó
una fuerte presencia de un grupo de paramilitares con uniformes camuflados y
portando armas largas. La presencia de este grupo paramilitar genera zozobra e
intimidación a la población civil, por cuanto ya vienen realizando control y
amenazando al campesinado, imponiendo determinados usos de la tierra y modelos
de producción agrícola en sus parcelas que es el sustento de las familias
campesinas.
El lunes 08 de marzo de 2021, nuestra Comunidad de Paz hizo
pública ante el país y el mundo una NUEVA RUPTURA CON LA DEFENSORÍA DEL PUEBLO,
pues, una vez más ha evidenciado su distanciamiento radical del papel que le
asigna la Constitución Nacional, mediante prácticas corruptas y en contravía de
su misión. En efecto, la designación de personas para los cargos de Defensor
Nacional y Defensor Regional de Urabá, el primero, en el Señor Carlos Camargo,
como amigo incondicional del Presidente Duque, y el segundo en el Señor José
Augusto Rendón, como abogado de los despojadores de tierra de comunidades
campesinas y afrocolombianas y además enemigo declarado de la Ley de Tierras y
de Víctimas, son nombramientos que dejan en claro una opción del gobierno por
los opresores, por los despojadores y por los empresarios corruptos, al mismo
tiempo que contraria a lo que la Constitución y las leyes establecen como
objetivos misionales de la Defensoría del Pueblo. Queda claro que las víctimas
no les importan sino solo la ambición de poder político y de acumulación de
poderío económico en manos de élites opresoras, ligadas a empresas y partidos políticos que se han
destacado por su capacidad de despojo, desplazamiento, eliminación de
comunidades de base y desconocimiento de derechos humanos fundamentales. Es de
conocimiento público que estos dos personajes vienen de un pasado muy oscuro en
el país, el cual los inhabilita radicalmente para ser defensores de las víctimas,
papel esencial de la Defensoría. Nuestras rupturas anteriores se han fundado en
nuestra triste experiencia de tener que acudir a una Defensoría que no nos
garantiza nada y que, por el contrario, ha hecho todo lo posible, ya con
acciones corruptas, ya con omisiones sistemáticas, para garantizarle a los
empresarios y politiqueros corruptos el disfrute pleno de su capacidad de
despojo, de robo de tierras, de desplazamientos forzados de comunidades enteras
y de prácticas genocidas de exterminio de comunidades.
La confabulación entre las fuerzas armadas y
su brazo paramilitar, no puede sino sumar crímenes a crímenes contra la
población civil, prácticas que no cambian y que muestran una desvergonzada e
impúdica contumacia y complicidad de todas las instituciones; no vale dejar
constancias en la Presidencia de la República, en todas las altas Cortes; la
misma Defensoría del Pueblo ya fue corrompida hasta el fondo; nadie hace nada;
el gobierno no le da ninguna respuesta pertinente a los organismos internacionales
que reclaman. El desamparo es absoluto.
Pese a ello, nuestras
convicciones inquebrantables e insobornables por la defensa de la vida nos
llevan a seguir hoy más firmes que nunca, elevando nuestra voz a los cuatro
vientos, afirmándonos en nuestros principios de vida y trabajo y de firmeza civil
pacífica frente a nuestros propios verdugos, quienes jamás podrán apagar
nuestra voz. Nuestro clamor queda en la historia y en la humanidad.
No retrocedemos y jamás
renunciaremos a nuestra memoria de vida y comunidad.
Comunidad de Paz de San José de Apartadó.
12 de marzo de 2021
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