En las garras de un “progreso” antihumano
De nuevo
nuestra Comunidad de Paz de San José de Apartadó se ve en la necesidad de dejar
constancia ante el país y el mundo sobre los últimos hechos de los cuales hemos
sido víctimas por parte del paramilitarismo que sigue actuando a sus anchas en
nuestra región sin ser molestado por ninguna autoridad competente, pues cuenta
con su apoyo económico y político, lo que los hace fuertes para someter al
campesinado a sus proyectos.
En las
últimas semanas se viene implementando una arremetida de construcción ilegal de
carreteras por las veredas de San José de Apartadó. Sabemos que los mayores
impulsores de estas carreteras son los paramilitares, pues ya han venido
reuniendo a los pobladores de las diversas veredas del corregimiento,
imponiéndoles altas sumas de dinero, que son impuestos ilegales y extorsivos,
para comprar supuestamente el combustible para las máquinas de la Brigada XVII
del Ejército que son las que van a ser utilizadas en las obras.
Todo
comenzó por Nuevo Antioquia hace un tiempo, con una carretera hasta La vereda
La Esperanza y luego otro ramal desde Nuevo Antioquia hasta La vereda Rodoxali.
En ese momento se hicieron indagaciones
y se comprobó que esos proyectos de vías no tenían ningún sustento legal; alcaldes
e instituciones nacionales y regionales afirmaron no estar enteradas en
absoluto de esos proyectos puestos en marcha por los paramilitares.
Ahora de nuevo se impulsan todas estas
carreteras ilegales por las demás veredas. Ya han comenzado con la apertura
ilegal desde el casco urbano de San José hacia la vereda La Linda; días antes
ya los paramilitares habrían reunido a la población civil de las veredas
Cristalina, Miramar, La Miranda, La Pancha, Salsipuedes, entre otras, para
exigirle a cada poblador un aporte de 800. 000,oo (ochocientos mil pesos) para
comprar el combustible para las maquinas que entrarían a trabajar, y según
informaciones, estas máquinas pertenecen a la Brigada XVII del Ejército.
Se sabe
que se está implementando el arreglo o mejoramiento de la carretera que desde
un punto conocido como Campamento conduce a la localidad de Belencito, del corregimiento de Piedras Blancas, del
municipio de Carepa. ¿Quién la está mejorando? Es de público conocimiento que
todo poblador del área tiene que aportar dinero
obligatoriamente para abrir o
mejorar las carreteras.
Como
comunidad nos preocupa la doble estrategia que se está poniendo en juego para
explotar los recursos naturales de nuestra región. Lo más preocupante es que la
población de nuestro entorno se está prestando para que sea despojen de su
propia tierra.
Es
evidente que todo este plan, que se presenta con apariencia de “progreso” o
“desarrollo” de la región, se está implementando de manera ilegal, como ha sido
la costumbre en la región. En primer lugar, esas vías no hacen parte de ningún
Plan de Ordenamiento Territorial ni cuentan con licencias ambientales y menos
con consultas previas a las comunidades; se apoyan en recaudación ilegal de
impuestos extorsivos, rodeados de amenazas; su implementación está coordinada
por una estructura criminal que ha inundado de sangre la región y ha sido
premiada por un Estado criminal garantizándole absoluta impunidad por sus
crímenes; la maquinaria pertenece a una estructura armada del Estado: la
Brigada XVII, implicada también en centenares de crímenes impunes y que ha
querido “lavarse las manos” de tanta sangre asumiendo tareas que no pueden ser
asumidas legítimamente por una estructura armada, pues son tareas civiles, ya
que su relación con las armas constituye una violación más extensiva y profunda
de los derechos de la población civil. Pero quizás lo más perverso es que los
objetivos de ese falso “progreso” o “desarrollo” está disimuladamente orientado
al servicio de empresas transnacionales de extracción de recursos mineros y
energéticos que destruyen el ambiente y la salud humana y de una transformación
económica de la agricultura a la ganadería, no menos destructiva, no solo del
ambiente sino también de la producción alimentaria tradicional, esencial para
la vida.
Algún
funcionario del gobierno ha salido a defender tal monstruosidad, alegando que
esas carreteras hacen parte de los PDETs (Programas de Desarrollo con Enfoque
Territorial), que están previstos en el
Acuerdo de Paz entre el gobierno y las FARC-EP en 2016 (Numeral 1,2). Pero tal
funcionario - Consejero Presidencial- no cae en cuenta que está actuando en
contravía de lo que el Acuerdo de Paz establece sobre los PDETs. En efecto, allí
se definen como objetivos primordiales
de los PDETs: “el bienestar y el buen
vivir de la población de las zonas rurales –niños y niñas, hombres y mujeres-
haciendo efectivos sus derechos políticos, económicos, sociales y culturales y
revirtiendo los efectos de la miseria y el conflicto (…) y El desarrollo de la
economía campesina y familiar (cooperativa, mutual, comunal, micro empresarial
y asociativa solidaria) y de formas propieas de producción de las comunidades …”
(No. 1.2.1)
¿Cree el
gobierno que cumple con el Acuerdo de Paz
sin consultar lo más mínimo a las comunidades, a no ser en asambleas convocadas
por paramilitares y juntas comunales cooptadas por éstos, engañando a los
campesinos al destruir su economía campesina y familiar para cambiárselas por
estrategias que arruinan los suelos y desplazan a sus pobladores, entregando la
planeación, diseños e implementación a los victimarios que con más saña han
destruido vidas en la zona: militares y paramilitares, y sometiendo a la
población a impuestos extorsivos ilegales y empobrecedores? Esto es demasiado
perverso.
Ya son
muchos los años que llevamos dejando constancias públicas de este tipo de
barbarie que se esta implementando en la zona. De sobra conoce el gobierno que
se están creando carreteras ilegales en esta región y todo con intereses corruptos
de los poderosos de facto.
Es claro
que los que están coordinando y controlando estos planes de “progreso” y
“desarrollo” son los paramilitares y los que ponen el trabajo son las brigadas
militares. Así lo han manifiestan personajes como Cesar Jaramillo, quien hace
parte a la Federación Nacional de Cacaoteros – FEDECACAO-; según lo manifiesta
dicho personaje: ahora sí se van abrir
carreteras por las veredas, lo cual ya es un hecho y ya existe la plata para
ello. ¿Cuál será esa plata? ¿Será la que le quitan los paramilitares a los
campesinos como impuestos extorsivos?
Apoyados
en nuestras convicciones insobornables, continuamos dejando CONSTANCIAS de
hechos ocurridos recientemente:
- El domingo 28 de marzo de
2021, en horas del día, en el corregimiento de Frasquillo, de
Tierralta, Córdoba, fue visto un reconocido político de los paramilitares
que controlan aquella región. Allí el control paramilitar es evidente y a
la vez hay un puesto militar antinarcóticos recientemente colocado, que
supuestamente controla, pero lo que se deja ver es que los que controlan
son los paramilitares que permanentemente se movilizan por allí en
embarcaciones tipo Johnson, de su propiedad, sin ser molestados por nadie.
- El miércoles 31 de marzo
de 2021, cuando una
comisión humanitaria de nuestra comunidad pasaba por la vereda Baltazar,
del municipio de Tierralta, Córdoba, se pudo notar que allí había una
fuerte presencia paramilitar, pues en el camino se dejaban ver los puntos
o informantes con radios de comunicación, los cuales pasaban con mucha
prisa, seguramente para informar la presencia de nuestra comunidad.
- El domingo 11 de abril de
2021, en horas del día,
nuestra Comunidad de Paz conoció informes según los cuales el señor CÉSAR
JARAMILLO comentó de un plan que se estaría realizando desde la Brigada
XVII del Ejército para continuar abriendo las carreteras ilegales por las
veredas de San José de Apartadó.
- El lunes 12 de abril de
2021, nos llegaron informes de que los paramilitares estaban
reuniendo a las juntas de acción comunal de diferentes veredas de San José
de Apartadó para imponer a sus pobladores cuotas de $ 800.000 (ochocientos
mil pesos) para empezar a abrir las carreteras que se estarían impulsando
con maquinarias de la Brigada XVII del Ejército.
- El martes 13 de abril de 2021, en horas del día, se notó
una fuerte presencia paramilitar en la vereda La Unión, de San José de
Apartadó. Según informaciones recibidas, estaban muy cerca de nuestro asentamiento
Aldea de Paz Rigoberto Guzmán, en la vereda La Unión, y al parecer están
haciendo recorridos desde la vereda El Porvenir, donde llevan varias
semanas acantonados.
- Este mismo martes 13 de
abril de 2021, un grupo de paramilitares prohibió a unas familias
de la vereda Las Nieves, de San José de Apartadó, trabajar sus tierras, al
tiempo que les ordenaron abandonar los potreros, cultivos y viviendas en
la propiedad, o de lo contrario tendrían que abandonar la región.
- El jueves 15 de abril de
2021, en horas del día,
nos comunicaron que la junta de acción comunal de la vereda La Esperanza,
de San José de Apartadó, se había reunido con otras juntas comunales para
organizar una posible invasión a nuestra propiedad privada allí, según
ellos, porque nuestra Comunidad de Paz no les ha permitido pasar por allí
una carretera, carretera que está siendo construida por los paramilitares.
Nuestra comunidad ha rechazado dicha carretera, pues los impulsores de la
misma son los paramilitares. Es de conocimiento público que los
paramilitares empezaron con maquinaria pesada a abrir esta carretera desde
el corregimiento de Nuevo Antioquia de Turbo hasta la vereda La Esperanza
y un ramal hacia la vereda Rodoxalí, y cuando se investigó la legalidad de
estas vías, ninguna institución de las que por ley debe intervenir en las
licencias sabía nada de ese proyecto. La misma junta local manifiesta que
se va a empezar a abrir con maquinaria de la Brigada XVII del Ejército,
pero en días anteriores los mismos paramilitares habrían reunido a la
población de la zona e impuesto unas cuotas entre $ 500.000 (quinientos
mil pesos) y $ 800.000 (ochocientos mil pesos) para comprar el combustible
para las máquinas de la Brigada.
- El sábado 17 de abril de
2021, en horas del día, en la vereda El Porvenir, de San José de Apartadó,
fueron vistos dos grupos de paramilitares que se movilizaban camuflados y
portando armas largas, cada uno de esos grupos contaba con unos 15 hombres,
y se dividieron para patrullar y controlar la zona. Se sabe que uno de los
encargados de mando es ALIAS SAMUEL, reconocido paramilitar de la vereda
La Unión. Estos paramilitares llevan ya varias semanas allí, portando
vestidos militares y armas largas y actúan a todas sus anchas y nadie los
molesta. Aún se encuentran acantonados en esa vereda.
- El miércoles 21 de abril de 2021, en la vereda Arenas
Altas del corregimiento de San José de Apartadó, muy cerca a la propiedad
de nuestra Comunidad de Paz, hizo presencia un grupo de paramilitares
fuertemente armados.
- El jueves 22 de abril de 2021, hacia las 13 horas, y
por más de 3 horas en la vereda la Cristalina del corregimiento de San José
de Apartadó, un grupo de paramilitares reunió a los pobladores de varias
veredas, Miramar, San José, La Linda entre otras, para imponer la suma de
dinero que deben pagar, para contribuir con la construcción de la
carretera que ya llega a la vereda la Linda proveniente del casco urbano
de San José. La advertencia de los paramilitares en dicha reunión es que
todo el mundo debe pagar la tarifa impuesta por ellos, quien no lo haga
asume las consecuencias.
- En los últimos días, por las redes sociales han
circulado fotos de reuniones y acuerdos entre pobladores del corregimiento
de San José, con efectivos de la brigada XVII para la construcción de
carreteras en San José de Apartado. Mismos proyectos que hoy impulsa e
impone los paramilitares en veredas del corregimiento de San José con
maquinaria y operadores de la Brigada XVII. Según las informaciones
allegadas, en dicha reunión entre pobladores de San José y efectivos del Batallón
Vélez ultimaban detalles para la apertura de carreteras en San José, después
de terminado el encuentro un coronel afirmo a uno de los asistentes que la
relación entre militares y paramilitares es conjunto. Que mas evidencia que
por un lado los militares con sus máquinas y operadores de la Brigada XVII
abren nuevas carreteras mientras los paramilitares van adelante imponiendo
y obligando a los campesinos a contribuir con dicho proyecto.
El
control paramilitar sigue siendo el sostén de los intereses económicos. Se ha
llegado al punto de que se prohíbe incluso
trabajar la tierra, como estrategia para expropiar al campesino de su tierra o para
que termine aburriéndose y vendiéndosela al mismo empresariado que contrata a
los paramilitares para realizar el trabajo sucio.
Ahora no
hay caminos aptos para transitar, pues el barro y el agua se apoderaron de lo
que era un camino construido a pico y pala por muchos años.
Persiste
el afán por exterminar nuestra Comunidad Paz y para ello el Estado y los
paramilitares incentivan a la población a actuar en contra de nuestra Comunidad,
todo con la promesa de construir carreteras ilegales a las cuales después no
les van a hacer mantenimiento, porque no le interesa el campesino sino su destrucción
y lastimosamente los campesinos se están prestando para su propia destrucción.
Nuevamente
agradecemos a las personas y comunidades que en diversos sitios del país y del
mundo, desde sus convicciones más íntimas nos han acompañado en estos más de 24
años de Comunidad de Paz y que a pesar del aislamiento por la pandemia siguen
presionando cada día al gobierno colombiano para que no siga destruyendo nuestras vidas ni nuestro patrimonio y legado.
Nuestra sincera gratitud por seguir este proceso de defensa de la vida y que
además nos anima moralmente a seguir defendiendo nuestros principios.
Comunidad de Paz de San José de Apartadó
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